(...)
Automáticamente, su cerebro rechazaba todo lo que no estuviera relacionado con el caso. Muchos de sus amigos empezaban a preocuparse por su total obsesión.
Un íntimo amigo suyo, le había dicho claramente:
- ¿Te das cuenta de lo que te ocurre, Al? ¿Te das cuenta que no hablas de otra cosa?
- Claro - había contestado-. Es que no pienso en otra cosa. Y puede que, comentando una y otra vez lo mismo, se me ocurra algo que antes no se me había ocurrido. Verlo desde distinto ángulo. O quizá seas tú quien lo vea. Mira, ¿te imaginas lo que puede resultar de mi vida, si este asunto queda entre los casos no resueltos?*
(...)
- Página 200. A sangre fría (In cold blood), 1965, Truman Capote.
* cualquier aterrador parecido con la realidad, es mera coincidencia.
20070430
Suscribirse a:
Entradas (Atom)