20100828

Ñembotavy.

Es el momento justo,
señor director,
para que le mencione amablemente y por lo bajo
de ser posible no un domingo ni en una avenida
al guionista o comosellame
que confabuló esta maraña de cosas
que: todo bien, él biensabe, también es abusar del cuore exasperarse muy seguido
a pesar de la mala fama la mala influencia las malas lenguas,
pero ya
excedió los límites de no velocidad
está perdiendo popularidad su historiecita
que se las daba de sencilla
y se tornó aburrida fastidiosa irritanta
que para qué tantas cortinas si atrás hay
un solazo que se filtra a la legua
si ni siquiera es verosímil probable
creíble aceptable admisible,
que si no viene la parte cúlmine pronto
no la va a ver ni san la muerte ni maría santísima ni.
del final más o menos hay un esbozo boceto idea
eso sí
pero cuándo
la cinta es larguísima monocromática
podría trocar el meollo del asunto,
por la mar en coche submarino
ese nudo sobrenredado
por nudos dobles de gamas chispeantes
porque lo que pasa es que la coprotagonista
está empezando a creer que tal vez
ni lo sea
pero si los puntos de fuga se unieran
le deleitaría lo de adentro
o alguna cosa así
tanto
que mejor ni se le diga cuánto
y tal vez no sea ni vaya a ser un personaje así tan memorable
pero sonreiría todo el día
y hasta se olvidaría
de fijarse en ese tipo de cuestiones
por un rato largo
mientras usted se hace célebre
y ella celebra cada ocasión
con los colores
que le pinten
con las canciones
que se le canten.

20100820

Manifiéstome!

Si con madurar se refieren
a que abandone mi arbolito florido
al que regué por tanto tiempo
pa que me coman en navidad
en un repulsivo ritual
copiado de no sé quién
rodeada de máscaras siniestras
que ríen al son de unas copas de
espumante hipocresía
o que caiga al piso
cuando me desaferre
por inercia
y me quede ahí inmóvil
esperando que alguien venga
a ver qué puede hacerse conmigo
o me deje pudriendo lentamente en el barro
hasta que en algún momento
sirva para algo,
les cuento así al pasar
que prefiero estar acá verde y colgada
aferrada a mis ramificaciones locas
porque son lo único que todavía creo es mío,
y crecen sin parámetros.
Y desde acá,
desde mi punto de vista,
puedo ver más allá
de lo que se ve desde cualquier frutera.

Así que bueno,
no sé,
buenas noches.

20100806

Casa rosa (con marcos azules).

Por algo así como tres meses não llovió porra nenhuma, salvo una que otra chispeadita que nos hizo notar la enorme cantidad de goteras que había sobre la mugrosa falta de cielorraso; pero en esa casa no importaba mucho nada porque éramos estúpidamente felices con nuestros cubiertos robados, nuestras paredes anotador, nuestros desamores de verão y nuestra familia disfuncional.
Corría la liebre de março y nos encontrábamos en mitad del arduo proceso de dividirnos por la felicidad, asíeslavida, sei lá.
Brunito se había ido a la gran cidade do Rio a pasear al Loschi, a recorrer las entradas de las favelas, a surfar birra en Recreio, a delirarla en versión X-tudo con el Carioca; Meli a la jungla pradera mágica a vivir una novela de la tarde cortita y mojada entre bambúes, y la Romi la había seguido bailando de aquí pa allá, como siempre, a ahogarse un poquito en la cascada más linda que se ha visto.
Así que esa noche, mi última en la morada rosada, quedábamos la mitad más alguno en plan maconhero saudade y ya ni precisábamos entrar por las ventanas.
Harían unos quarenta e dois graus, fácil, la Pela dormía con algún garçon pero el resto íbamos y veníamos del chuveiro gelado al living abandonao.
Con el viejo Reimon y Gri decidimos que era menester sacar todos los colchones al patiecito delantero, cuna de rones Montilla, cenas de sobras de mariscos con frutas con chocolate, pizzas caseras e Itaipavas, 51 secretos y tambores, gallinas, puterío y la peque.
Y ahí conseguí morir un poco, unas pocas horas, en el colchón del Fili que era una roca y mi toallalmohada repleta de hongos soñó cualquiera.
Amaneció y aún dormían, menos yo que dormitaba y todos los otros malucos animales que chillaban porque el cielo iba a explotar en cuestión de horas, y nosotros ni enterados, salvo el Juancrú que llegó después del gallo. Pa no perder la costumbre, dado vuelta y sacando fotos a tudo mundo post-mortem, puso Almafuerte al palo y cayó rendido en su sillón de cemento, aunque todas las camas estaban vacías ya.
Al rato comenzó el cantado diluvión, me levanté y me fui cargando mi mochila repleta de ropa que nunca jamás iba a secarse, silbando fuerte, pero sin saludar.
Los caminos fueron tomados y la casa más localinda del pueblo se quedó hasta sin piano en cuestión de días.
Según cuenta la leyenda los dueños por ley transformaron nuestros muebles cirujas pintados a mano y la colección más grande de futuras pipas de agua en una gran hoguera sin sentido a la que no fue nadie, ninguém, ni siquiera Tito.

Por lo menos limpiar las paredes les debe haber costado un huevo.

Vont et viennent: