Supondremos inevitablemente entonces, que no habrá sabido bien qué decir. Sino hubiese dicho otra cosa, una de esas frases que siempre hacen rechinar los dientes al de enfrente, y que seguro se le ocurrió exactamente siete segundos después de decir lo otro, lo que no sabía bien qué, o tal vez ocho. La cuestión es que dijo eso. Lo dijo y después calló porque lo que se le estaba ocurriendo mientras contaba cinco seis siete así mentalmente ya no tenía sentido alguno seguido de eso otro. Y otra cosa no se le ocurría, entonces contaba cinco seis siete ocho así mentalmente y nada. Y los dientes rechinaban así como tiza barata pero eran los suyos y no entendía porqué le andaban rechinando así de pronto y dos tres cuatro cinco pero el chirrido este le estoqueaba el cráneo y lo mejor evidentemente fue arrancarse uno a uno los dientes y arrojárselos en la cara para distraerlo mientras contaba así mentalmente y de la frase nada.
20071230
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario