20100722

Pasá por casa.

Je.
Por ahí hay unos trenes que en un ratito te llevan a una casota de la pesada.
Y andan unos locos por ahí que alguna noche súper lejana fresca, por ahí, te convidan un pucho y de repente cuando te das cuenta ya estás llegando -aunque no se sepa mucho de vo (de yo)- a su hogar acicálido, a la cocina, a tomar mate.
Y aunque pasen unos años (dos, tres, cuatro), -y varias birras bajo el puente-
por allá siguen en la cocina tomando mate con Brahma, y por ahí sacan ramas de cajas.
Y rompen violas, y manos con baldes, y cla, la rockean.
Y hacen experimentos con cítricos. Y teorías bien piolas.
Y planes locos lindos.
Y por ahí te venden tréboles berretas.
Y te convidan puchos, de vuelta y de nuevo.
Y encima te mandan, como si ná:
-Qué bien que cantá!, qué bien que fumá!
-Qué bien que escribí!
- Y escribite algo, piba, que hace bocha no escribís!
Y aquí me pongo a chantear, pué, al compás de no sé qué.
Por ahí del estruendo que hace tragarse el orgullo melenudo (ponele).
Y ahora que soy mayor (?)
al riesgo de quedar ridícula demais, pra variar,
les escupo unas cositas (chiquitas, nomás).
-Por si no saben, y aunque por ahí les nefregue severo-
Que los quiero bastante,
(que nunca mencionen esto en público, che!),
que me los llevaría en la mochila, limados.
Y que he vuelto a la escriba barata, parecería.
Ah, y por las dudas,
gracias
por el pucho ese.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A veces escribo cosas asi. Pero siempre termino con las hojas en blanco.

Al. dijo...

abandone el likid peiper señor seba y sus problemas habrán llegado a su final!
je

Vont et viennent: